Cómo la economía compartida salvará el mundo: Airbnb, Uber.¿Quién será el siguiente?
La
tendencia mundial de sharing economy, lo
que significa «economía
compartida», dio lugar a que un simple
servicio para encontrar conductores privados Uber reventó
el mercado laboral y provocó
huelgas de masas de taxistas en Nueva
York, Chicago, San Francisco
y Londres. La
idea de compartir lo que tenemos y
ganárselo cambia
nuestra actitud hacia nosotros mismos y los demás.
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La
gente no aspira más a poseer
bienes económicos
Numerosos
estudios demuestran que la Generación del
Milenio, haciendo referencia a las
personas menores de 30-35 años de edad, se
compran casas raras veces,
y aún más rarо adquieren automóviles.
De hecho, no hacen compras caras
en absoluto.
Excepto los iPhones, por supuesto.
Las
personas menores de 35 años suelen definirse
generalmente como «generación de inquilinos».
La
juventud de hoy está revisando el concepto de éxito. Antes
las personas de éxito eran las que tenían
su propia casa y coche, pero ahora gozan de mucha
estima las que invirtieron dinero
en impresiones y experiencia:
viajeros, extremistas, fundadores
de compañías incipientes.
Los
jóvenes
se
niegan deliberadamente a comprar propiedades hasta muebles con
opción
a
alquilarlas.
El
caso
es que ahora la gente no tiene necesidad de
bienestar
y estabilidad, sino requiere su
horario
flexible, independencia financiera y geográfica.
Para
la crisis
económica
mundial de 2008–2009 dimos
con muchas cosas tiradas
en nuestros balcones y garajes que requierían
costes financieros. Desde bicicletas
personales, electrodomésticos,
dispositivos electrónicos
y vestidos de gala hasta coches y casas.
En el año 2011
la revista Time incluyó
la nueva noción
de sharing economy en
la lista de las diez ideas que cambiarían
el mundo produciendo una revolución
en el sistema de consumo.
Economía
de confianza
«La
ventaja competitiva de uso
compartido consiste en la
estabilidad financiera que se basa en relaciones humanas, confianza y
bondad», — cree
Jonathan Gillon, cofundador y director ejecutivo del servicio Roost,
a través del cual los usuarios comparten plazas de aparcamiento
y trasteros.
Unos
metros cuadrados adicionales en la
carretera delante de su
casa pueden producirle
beneficios, si los pone en Parking Panda. DogVacay da oportunidad de
convertir una habitación disponible
que requiere
reparación en un
ático para
perros de
otra persona.
Le encanta ir de campamento, pero ¿tiene
un bebé recién nacido?
Alquile su tienda de campaña por
10$ al día a
través de Rentoid. ¿Hace
mucho que sigue siendo cubierto de polvo su
taladro en el garaje? Ganará
10$ al día más,
si visita SnapGoods. Y con el servicio
Liquid sus
ingresos se incrementarán
en 20%, si tiene una bicicleta vieja en la
que pueden montar unos turistas.
Lugar
donde cualquier mediador es un huésped no
invitado
En
los últimos
cuatro
años
han aparecido al menos 100 compañías
que ofrecen a propietarios extraer pocos beneficios de
una
variedad de propiedades sin sufragar gastos adicionales.
Pero
Uber
y
Airbnb han
llevado
el
uso compartido a un nuevo nivel.
Estas
compañías
innovadoras
han apostado por unas soluciones eficaces y económicas
a
precio de bolsillo para consumidores y
han
ofrecido unos flujos excepcionales de ingresos para la gente que
carece de dinero extra y horario flexible de
trabajo.
Por sus servicios cobran la siguiente comisión:
Uber
20%,
Airbnb
6
- 12%
del
valor
de
un pedido.
Hasta
hace poco tiempo el monopolio de transporte pertenecía
a
las
compañías
privadas de taxis.
Pero
cientos de miles de automovilistas que van en
una
dirección
con
usted pueden llevarle en su coche a precio bajo. ¿Qué
nos impide atraerlos? Uber
permitió
a
la gente convertir sus vehículos
en
fuentes de ganancia, y no de carga
financiera.
Cada
cual que tiene un coche
puede
descargar
la aplicación
Uber,
registrarse y conseguir buenas referencias para su perfil. El
producto es un transporte de alta calidad. El pasajero paga
directamente al conductor.
Con
esta
aplicación
muchos
taxistas se pusieron a trabajar de forma independiente renunciando a
sus puestos.
¿Para
qué necesita
comprar una casa en un lugar pintoresco e
irse a descansar por allí, si
puede encontrarse
una vivienda
por Airbnb en cualquier rincón
del mundo? No tendrá
que pagar el alquier en demasía
ni comprar bienes inmuebles en el país
querido. El sitio proporciona una
plataforma para entablar contactos entre el
dueño y su huésped.
Por medio de la plataforma el
arrendatario paga directamente al
arrendador.
Airbnb
y
Uber
abrieron
acceso
a vivendas privadas y vehículos
particulares.
No
es extraño que
estas compañías hayan
tropezado con una reisistencia tenaz y una
presión por
parte de los que están acostumbrados
a aprovecharse del «otorgamiento de la licencia».
Las autoridades municipales aprueban
las leyes que restringen arrendamiento
a corto plazo para
particulares. En algunos países, los
servicios de alquiler de coche son llevados ante la justicia
por no tener
licencia de taxi. Y por varias razones hay problemas con la
imposición de impuestos.
Los
economistas no han decidido todavía cómo
evaluar
la economía
compartida. Se
enfrentan a la siguiente cuestión
candente: ¿se
crea un nuevo valor final o nuevos
servicios reemplazan
el negocio ya existente? Ambas
respuestas serán
correctas. Un
efecto
negativo a corto plazo puede
estar
siempre presente para la economía,
ya que como resultado la persona no compra un coche nuevo.
Pero
la economía saca provecho a largo plazo, lo
que está bien para
todos. El año
pasado Airbnb hizo una investigación
sobre el impacto de
sus negocios
en la ciudad de
San Francisco y los resultados fueron
impresionantes. Dado
que las ofertas de Airbnb se resultaron más
baratas que las de hoteles, los forasteros
residían en vivendas
alquiladas durante largo tiempo.
Como consecuencia,
los extranjeros dejaban más dinero,
por término medio $1100, mientras que los turistas hospedados en
hoteles — $840. Y 14% de los encuestados dijeron que nunca
llegarían a San
Frаncisco, si
no fuera por Airbnb.
Lo
más valioso que
tenemos
La
experiencia de
Airbnb
y
Uber
dio impulso a
un
nuevo
giro
para
la economía
compartida.
En
el año
2014 la
compañía
APM
Agentuur entró
al
mercado internacional que estimó
por
su justo valor lo
que
nadie los había
apreciado
– tiempo y atención
de la
gente. ¿Quién
está listo
para pagar bastante dinero por ello?
Publicidad.
“La publicidad me paga a mí”
es
el eslogan del proyecto Ad Pays Me.
De
hecho, los anunciantes pagan hoy
día,
pero lo
hacen
a intermediarios en forma de motores de búsqueda, propietarios de
sitios web, canales de televisión, cadenas
de radio, vallas publicitarias, etc. Dondequiera
que haya
una multitud de gente
viene
la publicidad. Por lo tanto, provoca el rechazo y la actitud
negativa
y la gente está tratando de todas las maneras de protegerse de la
misma.
Pero es difícil de
hacerlo
y
al
llegar
a 65 años la
persona
tiene vistos
2 millones de anuncios en
promedio, mucho
menos
banners,
folletos y demás.
APM
Agentuur
opta
por arrancarlo de raíz
y
distribuir
los presupuestos publicitarios sin mediadores entre los que ven
publicidad.
Además
la
publicidad tiene que ser orientada a su grupo objetivo.
Lo
que
faltaba es crear una plataforma que se convirtiera en un lugar de
encuentro entre anunciantes y consumidores.
Aquí
está un
Tablero de anuncios personal.
Lo
tiene
cada usuario registrado y el
90%
del coste de la publicidad colocada por el anunciante para mostrarla
se pone directamente en cuenta del espectador.
Dondequiera
que trabaje, este lugar necesita
publicidad. La ropa que llevamos, los
artículos que
usamos – nos enteramos de muchas cosas nuevas sólo
gracias a la publicidad.
El
pasajero
paga al conductor, el
arrendatario
paga al arrendador, el anunciante paga al público
–
todo
en conjunto son relaciones saludables que hacen la vida más
fácil.
¡Obten tu tablero de anuncios personal gratuito! Regístrate en www.adpays.me.
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