martes, 2 de junio de 2015

Cómo la economía compartida salvará el mundo: Airbnb, Uber.¿Quién será el siguiente?


La tendencia mundial de sharing economy, lo que significa «economía compartida», dio lugar a que un simple servicio para encontrar conductores privados Uber reventó el mercado laboral y provocó huelgas de masas de taxistas en Nueva York, Chicago, San Francisco y Londres. La idea de compartir lo que tenemos y ganárselo cambia nuestra actitud hacia nosotros mismos y los demás.

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La gente no aspira más a poseer bienes económicos

Numerosos estudios demuestran que la Generación del Milenio, haciendo referencia a las personas menores de 30-35 años de edad, se compran casas raras veces, y aún más rarо adquieren automóviles. De hecho, no hacen compras caras en absoluto. Excepto los iPhones, por supuesto.
Las personas menores de 35 años suelen definirse generalmente como «generación de inquilinos».
La juventud de hoy está revisando el concepto de éxito. Antes las personas de éxito eran las que tenían su propia casa y coche, pero ahora gozan de mucha estima las que invirtieron dinero en impresiones y experiencia: viajeros, extremistas, fundadores de compañías incipientes.



Los jóvenes se niegan deliberadamente a comprar propiedades hasta muebles con opción a alquilarlas. El caso es que ahora la gente no tiene necesidad de bienestar y estabilidad, sino requiere su horario flexible, independencia financiera y geográfica. 

Para la crisis económica mundial de 2008–2009 dimos con muchas cosas tiradas en nuestros balcones y garajes que requierían costes financieros. Desde bicicletas personales, electrodomésticos, dispositivos electrónicos y vestidos de gala hasta coches y casas. En el año 2011 la revista Time incluyó la nueva noción de sharing economy en la lista de las diez ideas que cambiarían el mundo produciendo una revolución en el sistema de consumo.

Economía de confianza

«La ventaja competitiva de uso compartido consiste en la estabilidad financiera que se basa en relaciones humanas, confianza y bondad», — cree Jonathan Gillon, cofundador y director ejecutivo del servicio Roost, a través del cual los usuarios comparten plazas de aparcamiento y trasteros.

Unos metros cuadrados adicionales en la carretera delante de su casa pueden producirle beneficios, si los pone en Parking Panda. DogVacay da oportunidad de convertir una habitación disponible que requiere reparación en un ático para perros de otra persona. Le encanta ir de campamento, pero ¿tiene un bebé recién nacido? Alquile su tienda de campaña por 10$ al día a través de Rentoid. ¿Hace mucho que sigue siendo cubierto de polvo su taladro en el garaje? Ganará 10$ al día más, si visita SnapGoods. Y con el servicio Liquid sus ingresos se incrementarán en 20%, si tiene una bicicleta vieja en la que pueden montar unos turistas.

Lugar donde cualquier mediador es un huésped no invitado

En los últimos cuatro años han aparecido al menos 100 compañías que ofrecen a propietarios extraer pocos beneficios de una variedad de propiedades sin sufragar gastos adicionales. Pero Uber y Airbnb han llevado el uso compartido a un nuevo nivel. Estas compañías innovadoras han apostado por unas soluciones eficaces y económicas a precio de bolsillo para consumidores y han ofrecido unos flujos excepcionales de ingresos para la gente que carece de dinero extra y horario flexible de trabajo. Por sus servicios cobran la siguiente comisión: Uber 20%, Airbnb 6 - 12% del valor de un pedido.



Hasta hace poco tiempo el monopolio de transporte pertenecía a las compañías privadas de taxis. Pero cientos de miles de automovilistas que van en una dirección con usted pueden llevarle en su coche a precio bajo. ¿Qué nos impide atraerlos? Uber permitió a la gente convertir sus vehículos en fuentes de ganancia, y no de carga financiera.

Cada cual que tiene un coche puede descargar la aplicación Uber, registrarse y conseguir buenas referencias para su perfil. El producto es un transporte de alta calidad. El pasajero paga directamente al conductor. Con esta aplicación muchos taxistas se pusieron a trabajar de forma independiente renunciando a sus puestos.

¿Para qué necesita comprar una casa en un lugar pintoresco e irse a descansar por allí, si puede encontrarse una vivienda por Airbnb en cualquier rincón del mundo? No tendrá que pagar el alquier en demasía ni comprar bienes inmuebles en el país querido. El sitio proporciona una plataforma para entablar contactos entre el dueño y su huésped. Por medio de la plataforma el arrendatario paga directamente al arrendador.



Airbnb y Uber abrieron acceso a vivendas privadas y vehículos particulares.
No es extraño que estas compañías hayan tropezado con una reisistencia tenaz y una presión por parte de los que están acostumbrados a aprovecharse del «otorgamiento de la licencia». Las autoridades municipales aprueban las leyes que restringen arrendamiento a corto plazo para particulares. En algunos países, los servicios de alquiler de coche son llevados ante la justicia por no tener licencia de taxi. Y por varias razones hay problemas con la imposición de impuestos.
Los economistas no han decidido todavía cómo evaluar la economía compartida. Se enfrentan a la siguiente cuestión candente: ¿se crea un nuevo valor final o nuevos servicios reemplazan el negocio ya existente? Ambas respuestas serán correctas. Un efecto negativo a corto plazo puede estar siempre presente para la economía, ya que como resultado la persona no compra un coche nuevo. Pero la economía saca provecho a largo plazo, lo que está bien para todos. El año pasado Airbnb hizo una investigación sobre el impacto de sus negocios en la ciudad de San Francisco y los resultados fueron impresionantes. Dado que las ofertas de Airbnb se resultaron más baratas que las de hoteles, los forasteros residían en vivendas alquiladas durante largo tiempo. Como consecuencia, los extranjeros dejaban más dinero, por término medio $1100, mientras que los turistas hospedados en hoteles — $840. Y 14% de los encuestados dijeron que nunca llegarían a San Frаncisco, si no fuera por Airbnb.

Lo más valioso que tenemos

La experiencia de Airbnb y Uber dio impulso a un nuevo giro para la economía compartida. En el año 2014 la compañía APM Agentuur entró al mercado internacional que estimó por su justo valor lo que nadie los había apreciado – tiempo y atención de la gente. ¿Quién está listo para pagar bastante dinero por ello? Publicidad. “La publicidad me paga a mí” es el eslogan del proyecto Ad Pays Me.


De hecho, los anunciantes pagan hoy día, pero lo hacen a intermediarios en forma de motores de búsqueda, propietarios de sitios web, canales de televisión, cadenas de radio, vallas publicitarias, etc. Dondequiera que haya una multitud de gente viene la publicidad. Por lo tanto, provoca el rechazo y la actitud negativa y la gente está tratando de todas las maneras de protegerse de la misma. Pero es difícil de hacerlo y al llegar a 65 años la persona tiene vistos 2 millones de anuncios en promedio, mucho menos banners, folletos y demás.

APM Agentuur opta por arrancarlo de raíz y distribuir los presupuestos publicitarios sin mediadores entre los que ven publicidad. Además la publicidad tiene que ser orientada a su grupo objetivo. Lo que faltaba es crear una plataforma que se convirtiera en un lugar de encuentro entre anunciantes y consumidores.



Aquí está un Tablero de anuncios personal. Lo tiene cada usuario registrado y el 90% del coste de la publicidad colocada por el anunciante para mostrarla se pone directamente en cuenta del espectador.

Dondequiera que trabaje, este lugar necesita publicidad. La ropa que llevamos, los artículos que usamos – nos enteramos de muchas cosas nuevas sólo gracias a la publicidad.





El pasajero paga al conductor, el arrendatario paga al arrendador, el anunciante paga al público todo en conjunto son relaciones saludables que hacen la vida más fácil. 


1 comentario:

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